Sonora, tierra árida que alberga un sin fin de momentos históricos que han revolucionado a nuestro país, testigo de grandes luchas territoriales y un estado muy importante para el tránsito comercial de México. Oficialmente llamado Estado Libre y Soberano de Sonora, es uno de los estados más extensos en territorio y es reconocido mundialmente por su gran producción mineral, siendo una de las regiones más ricas en minerales de todo México.
Su población estimada es de 2 mil 95 millones de personas, de las cuales 180 mil pertenecen a uno de los ocho grupos étnicos habitados en el estado; los Yaquis, Mayos, Pimas, Guarijíos, Seris, Cucapá, Ópatas y Pápagos o Tohono O'Odham (comunidad concentrada mayormente en los territorios de Peñasco, Caborca, Altar, y en todos los lugares que colindan en dirección hacia donde se encuentra El Bajío, Pozo verde, Pozo Prieto, las Norias, etc.), y los Kikapú que son el resultado de un arduo peregrinaje desde la región de los grandes lagos de Michigan y de Eire, en Norteamérica, hasta el norte de México ubicados en la zona serrana de Sonora.
Los Pápagos son la comunidad más fuerte que habita en lugares como El Bajío, Peñasco, Altar. Fuente: Atlas de los pueblos indígenas de México.
Los habitantes del desierto
Los Pápagos se autodenominan “la gente del desierto”, que en su lengua significa Tohono O’Odham y son una de las comunidades indígenas habitadas en Sonora. Son artesanos, elaborando figuras de madera tallada, piezas de alfarería y cestas. Su alfarería es rústica; la hechura de los recipientes incluye la recolección de la materia prima en los bancos de barro, el cual filtran y mezclan con arena muy fina y estiércol de vaca seco, cuecen las piezas en un horno con palos de choya.
Esta comunidad dice ser católica ya que tienen iglesias y en ocasiones requieren para sus ceremonias sacerdotes católicos. Celebran algunas fiestas cristianas y disponen de un santo asignado a cada pueblo; pero en realidad, su religión gira en torno al culto del “hermano mayor”, según sus creencias, deidad que controla los elementos de la naturaleza.
Para mantener el legado de largas generaciones, los Pápagos reconocen a algún miembro de la tribu mediante la vía sanguínea (según la información publicada por el portal Atlas de los pueblos indígenas), se casan generalmente entre los miembros del grupo y las mujeres son las que quedan a cargo de los hijos cuando ocurre una separación o divorcio.
Los Tohono O’Odham, una de las muchas comunidades del estado de Sonora y que con el pasar de los años sigue manteniéndose fiel a sus tradiciones y empapando de sus cultura a la población sonorense.
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