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Tohono O’odham y los hermanos berrendos | Ejido El Bajío

 


Tohonos O’odham, pápagos, gente del desierto, son los nombres que se les dan a esta comunidad indígena. Se les denomina como “gente del desierto” ya que, como bien lo describen esas tres palabras los pápago habitan en las zonas más áridas del desierto de Sonora. 


Actualmente, los tohono se asientan en cinco municipios y 10 localidades de Sonora. Un dato curioso y alarmante es que la mayor parte de los pápagos que viven en estas localidades ya no hablan la lengua, sin embargo, esto no está totalmente perdido, ya que los ancianos tohonos que viven en las localidades de Cubabi, ejido El Bajío y el Cubanito aún hablan la lengua materna, sin contar que también dominan el español e inglés. 


Más que sobreponerse al desierto, los pápagos están conectados con la naturaleza y la vida silvestre que los rodea en las extensas tierras desérticas. No es entonces cuestión de sobrevivencia sino de unión. 


Con la ayuda de la naturaleza, los tohono o’odham pueden llevar a cabo distintas actividades en su día a día. 


Los saguaros del desierto como herramienta y sustento

Los saguaros: son una especie endémica de Sonora que se puede encontrar por todo el desierto. Estas plantas pueden resistir grandes períodos de sequía debido al almacenamiento de agua en su interior. 


Gracias a que los saguaros pueden llegar a medir hasta 20 metros de altura y poseer un tallo con hasta 75 centímetros de grosor, son una importante herramienta para la construcción de las viviendas de la gente del desierto. También, los frutos, flores y semillas de los saguaros les sirven de alimento; la pulpa extraída de sus frutos la usan para hacer vino. 


La conexión de los pápagos con el señor del desierto 

Los pápagos llaman al berrendo cubida, que significa “venado que corre en lugares abiertos”. 


La unión espiritual entre los pápagos y los berrendos ha sido ilustrada y descrita en el cuento de Catalina Fernández:


Se dice que cuando los pápagos decidieron vivir en el desierto tuvieron que caminar mucho, hasta que se encontraron un ojo de agua rodeado de choyas y cirios y se quedaron a vivir allí.

Pero se olvidaron de algo muy importante: hablar con el Señor del desierto para pedirle que les permitiera establecerse en sus dominios, por eso pronto hizo falta el agua y la comida.

Los pápagos comprendieron que habían hecho mal y pidieron perdón al Señor del desierto, quien les dio una oportunidad: los dejaría en el lugar donde estaban si alguno de ellos lograba atravesar el desierto en una semana.

De la prueba dependía la vida de la tribu, así que se reunieron los hombres más fuertes y valientes para decidir quiénes lo intentarían. Al otro día, muy de mañana, los que harían la prueba partieron en distintas direcciones.

Pero al mediodía muchos habían regresado derrotados por el intenso sol. Sólo uno de ellos seguía, se internaba más y más en el desierto; caminaba sin rumbo, no detenía su marcha.

Cuando el hambre y la sed lo habían vencido, sintió una sombra que lo hizo reaccionar. Enorme fue su sorpresa al ver frente a él un hermano berrendo que lo miraba fijamente. Sin saber por qué comenzó a seguir al animal.

El joven aprendió muchas cosas del berrendo, entre ellas a encontrar alimento y protegerse del sol, por lo que decidió quedarse con el animal por un tiempo.

biblioteca digital

Un día el joven sintió un fuerte viento y escuchó una voz que le decía:

—Puedes volver con tu gente, enséñales todo lo que aprendiste y diles que el Señor del desierto les permite vivir en sus dominios.

Así, el joven regresó a la tribu. Los pápagos se sorprendieron al verlo acercarse acompañado por un berrendo. No podían creer que estuviera vivo.

—El señor del desierto envió al animal que mejor conoce sus dominios para ayudarme —les dijo—. Ya no tenemos nada que temer, podemos quedarnos aquí.

La tribu esperaba que el joven se quedara con ellos, pero apenas terminó de hablar, un destello solar transformó al muchacho en berrendo. Así, los dos salieron corriendo hacia el desierto.

 

También te podría interesar: Mayos y Yaquis de Sonora.

Fotos: Biblioteca digital

Referencias:

(10/08/2021). Saguaro mexicano, el cactus más grande del mundo. México desconocido. Recuperado de: https://www.mexicodesconocido.com.mx/saguaro-mexicano-el-cactus-mas-grande-del-mundo.html


Autenrieth, R., Brown, D., Lee, R., O’Gara, B., Pojar, T. y Yoakum, J. (2006). Principios y prácticas biológicas y de manejo diseñadas para sostener las poblaciones del berrendo desde Canadá hasta México. Guías para el manejo del berrendo. Recuperado de: https://cibnor.repositorioinstitucional.mx/jspui/bitstream/1001/1208/3/GUIAS%20PARA%20EL%20MANEJO%20DEL%20BERRENDO%202009.pdf


Biblioteca digital del ILCE. (09/08/2021). El berrendo. Biblioteca digital del ILCE. Recuperado de: http://bibliotecadigital.ilce.edu.mx/Colecciones/index.php?clave=berrendo&pag=3






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